viernes, 4 de septiembre de 2009

Motivación laboral


Juan Perezas salió a buscar a Luis Rumboso, para acudir juntos a la oficina del desempleo y apuntarse por primera vez. Una vez allí, Pilar Competente fue anotando datos, y les preguntó sobre sus inquietudes.
Perezas miró a Rumboso con desgana, inclinando la cabeza hacia un lado, como diciéndole «¿inquieto, yo?».
Rumboso, como siempre, respondió veloz: «¡camareros de bar de estriptis!».
Competente levantó los ojos por encima de las gafas de ver, volvió a bajarlas y escribió en su ordenador lo que le dijeron. Para ambos. Total, tenían las mismas posibilidades de conseguir ese trabajo que cualquier otro: zero zapatero.

Endless (sin fin)


Al final, habré terminado. Obvio. No tanto: una vez allí, veré lo que hay más allá, hasta donde distingan mis ojos o mi imaginación, y desearé alcanzarlo.
Va con mi condición de bicho bípedo, pensante y con aspiraciones; es más, seguro que lo paso mal —puta envidia— viendo cómo otros van llegando antes, más cómodos, por mejores senderos o con menos canas, porque aprendieron diligentes. Sufriré, pero trataré de subsanar mis limitaciones, y proseguiré hasta concluir cada vez lo que inicie. Y así sin parar, mientras no me quiten los caminos, me corten las piernas o me borren los sueños.

martes, 1 de septiembre de 2009

Malena regresa de vacaciones


Todo está como quedó, quizás más bronceado, o quemado. Lo que estaba sin terminar a finales de junio, sigue inacabado; lo que no había empezado, ni siquiera nació, a pesar del abundante ocio. Lo que se rompió, aún no se ha recompuesto. Lo que se unió, sigue estándolo, menos mal.
Llegan los coleccionables, qué lata, un titánic terminado en dos años, ¿quién se anima? total, luego se hundirá.
Una muesca más a la culata de la vida, y van varias filas de diez. Ya caben menos. No todo está perdido, ésta va a ser la buena, vuelve a proponerse Malena.