Trinaba por la mañana, trinaba por la noche, trinaba a todas horas.
Seguían sus trinos, aunque desafinados, cienes y cienes de trinadores divulgadores, conocedores o aficionados, para luego retrinar, sin refinar el trino ni una octava.
Poco a poco, llegaron a ser miríadas de trinantes globalizantes, de pelaje y condición muy desigual. Coro desafinado.
Si llegasen a dar con la nota de un mismo trino desgarrador destaponarían, quizás, el oído embrutecido de los dueños del alpiste y la jaula pajarística.
:D
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