sábado, 4 de diciembre de 2010

Sedición, seducción ¡maldición!


No hay confusión: una cosa es seducir y otra cosa es practicar la sedición, con una sola ce, y aducir indisposiciones, virales o instestinales, para ausentarse del tajo en el puente más codiciado. 
Los presuntos sediciosos, a pesar de tener sueldos más que seductores, están descontentos, y libran, sin preaviso... al cielo español de emisiones carbónicas toda una noche. 
No le bastará todo su poder de convicción, dos ces, al seductor portavoz de los repentinos aquejados para compensar esta f-aena a los que aún tienen dinero para viajar —qué frivolidad, en crisis, diríase. 
Tampoco seducen ni Rubalcaba ni Pepiño, ciertamente.

1 comentario:

  1. ¿Estado de alarma?; ¿emergencia nacional?; ¿es que nos hemos vuelto locos?...

    Lo que yo veo es a un gobierno que está en la cuerda floja, por los motivos que todos conocemos, pegando sus últimos coletazos, a diestro y siniestro, sin sentido, y con el único objetivo de ganar popularidad...

    ¡País...!

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