Grecia reparte vales para alimentar a sus futuros contribuyentes, que se desmayan de hambre en la escuela.
Los maestros explican matemáticas, lengua, filosofía, sin dejar de preguntarse qué contaron mal a los padres de estos pequeños helenos para llegar a la necesidad de cambiar papelitos por leche o galletas financiados por iglesias, ayuntamientos y empresas.
De pronto, la memoria más arrinconada me trajo el sabor a pobre —entonces no apreciábamos ese matiz— de una leche aguada en el patio del colegio, hace casi cinco décadas.
Los maestros enseñan geografía, pero no pueden explicarse Europa, ni la desnutrición de sus pupilos.
De pronto, la memoria más arrinconada me trajo el sabor a pobre —entonces no apreciábamos ese matiz— de una leche aguada en el patio del colegio, hace casi cinco décadas.
Los maestros enseñan geografía, pero no pueden explicarse Europa, ni la desnutrición de sus pupilos.
Es desolador. Lo más duro es que toda Europa clama contra los griegos, quien paga la Deuda son los Griegos, cuando quien provocó todo el problema fue sólo UN griego.
ResponderEliminarMuchos me dirán que fue elegido y que allá penas, pero entiendo que una victoria electoral no justifica que te hagan pagar por las tropelías e incapacidades del representante electo.
Lo justo sería que el responsable respondiese con todos sus bienes presentes y futuros y que, después, se pasase la factura al pueblo heleno (o al español, para tal caso), de lo contrario el robo o la mala gestión, provocando la dinamitación del progreso de generaciones futuras sale gratis.
Viví con mis hijos el 2001 argentino y antes la hiperinflación del 89 y antes la dictadura del Proceso, se trata evidentemente de una enfermedad cíclica que no los Chicagaos Boys se alcanzan a explicar. Buenas tus observaciones.
ResponderEliminarGracias a ambos por vuestra participación en el blog, es una manera magnífica de enriquecerlo, y de animarme a continuar.
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