Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
miércoles, 15 de octubre de 2008
Otra vez el cielo se vacía
Cual maldición bíblica, el viejo maná se transforma repentinamente en goterones de agua desbocada y sacude con fuerza las endebles jaimas de mis hermanos saharauis. Esta vez son las wilayas de Smara y Auserd las que se llevaron la peor parte. Recuerdo a mi amigo Castro Fateh, y su escuela para disminuidos físicos y psíquicos en Smara, la única en un campamento de refugiados de todo el mundo. Su local parecía sólido, como sus principios, seguro que ambos han aguantado el tirón ¿cuánta agua tiene que caer aún para colmar el vaso de este degradante exilio ignorado por nuestro occidente?
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