Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
viernes, 10 de octubre de 2008
Ya no uso despertador
Necesitaré muchos años para suprimir su influencia sobre mi organismo. Diariamente, mi mente se despierta y el cuerpo la acompaña sin excusas. No soporto retozar, me parece que pierdo un tiempo valioso en una actividad más propia de mi gato que de un ser que se tiene por racional --iba a decir inteligente, valiente presunción--. Me pongo en marcha y los segundos aún lo hacen más deprisa: nunca se repiten. Cuánto daría por inventar una máquina para crear minutos de la nada, Timebuilder, o similar. Ya se han vuelto a pasar otros diez, y yo con estos pelos.
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