Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
martes, 30 de septiembre de 2008
¿El alcalde que nos merecemos?
Tocaba Pregón. Roceños y roceñas se agolpaban en la plaza para escuchar al corregidor y a su pregonera. No faltaron los disidentes del metro ligero, dando ambiente y caldeándolo. El alcalde desperdició la ocasión —como acostumbra desde su prepotencia— de dialogar en directo con su pueblo, y gritó: «No me importa nada, escuchemos a la pregonera, por favor, ¡NO ME IMPORTA NADA!». Ya, Don Boni, los altavoces confirmaban lo que ya sabíamos, y la roceña de pura cepa que habló después rubricó la frase del alcalde, quien bien podría haber dicho «¡¡Me importa un huevo!!». Nosotros también te queremos, monina.
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Me sorprende la sorpresa de este roceño ante el pasotismo y el despotismo de nuestro Boni y lo grave no es que pase en el pregon, lo tremendo es el abuso diario, el pensar que este es su pueblo y no el nuetro. En fin amigo, se nota que eres nuevo en las Rozos y que no te des por vencido.
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