sábado, 9 de enero de 2010

Desvalidos

Ante la rápida extinción de los de su especie, el último ha decidido hacer las maletas y largarse a otro lugar con su tarea. No son buenos tiempos, ni malos: son peores. Y no es sólo por la crisis. Tras aguantar el tirón en épocas mucho más racionales, los valores humanos —no bursátiles— se deprecian y son despreciados, y eso que no tienen precio. Cada cual va a lo suyo. El esfuerzo sólo vale para sacar partido rápido. Respeto, solidaridad, tolerancia y buen gusto partieron hace tiempo. Por suerte, queda gente empecinada en mantener su recuerdo entre nosotros. Valorable empeño.

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