Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
lunes, 11 de enero de 2010
Buscadores y encontradores
Indudable misión, la de gúguel y yajú, entre otros, puntos de partida inexcusables para cualquier navegación internáutica. En vez de usar el presente blog como página inicial —recomendable—, la gente los usa como plataformas de entrada al mundo.
Tomamos con esmero unas palabras, las tecleamos (antes escribíamos, ahora hasta la letra manual se nos empereza), OKeamos y ¡vualá! varios cientos de miles, o millones, de resultados para nuestra pesquisa.
¡Así también investigo yo! ¿algún rebuscador rápido escardará lo hallado para ahorrarme más vueltas? ¿no lo han inventado? ¿a qué esperan?
Me programen un encontrador, por favor, más directo, acaso.
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