Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
miércoles, 5 de noviembre de 2008
Hoy somos todos negros
Aunque nuestra única raza sea la humana, pues el color de la piel es accidental, igual que la forma de la nariz, los ojos o la ondulación del cabello. Ahora cabe preguntarse si el nuevo emperador sabrá ponerse colorado ante las injusticias que promete erradicar, o blanco cuando se cabree mucho con algún líder amarillo, rosado o marrón de otras latitudes. La esperanza de su mensaje —¿verde, como el dólar?— ha llegado a todo el mundo democrático, y parece que hoy nos sentimos algo mejor dentro de nuestra epidermis. Enhorabuena, Obama, pero cuidado con jodernos lo último que queremos perder.
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