Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
lunes, 3 de enero de 2011
Pensamientos antiadipocitos
La grasa debería quemarse pensando o tras intensa actividad cerebral. También con la gimnasia o las dietas, pero eso no es nuevo y cuesta bastante. A esa conclusión —deseo o sueño, creo— llegábamos durante los postres. Los presentes lamentábamos el poco tiempo que nos dejan nuestras imposibles agendas cotidianas, para dedicarlo a restar sin éxito algún agujero del cinturón o una talla del vestido.
Hubo un silencio. Nos miramos, descaradamente, evaluando nuestros perfiles.
—Las consecuencias serían más graves, apuntó alguien, ¿qué pensaríamos de la obesidad en presidentes, generales, cirujanos, pilotos de aviones, puestos vitales? ¿podríamos fiarnos?
La cuenta, por favor.
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