Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
martes, 19 de octubre de 2010
Observantes (¿y después?)
Percibo otra tendencia imparable de sociólogos, politólogos, psicólogos y otrólogos actuales, que crean observatorios para analizar, evaluar y elaborar sesudos informes continuados sobre temas de calado humano muy variable. Generalmente, lo hacen a base de gastos subvencinados.
Gugleando hallé enseguida violencia, accesibilidad, racismo y xenofobia, pobreza, discriminación, precios, sostenibilidad, responsabilidad social e, incluso, trabajo globalizado o política China. Admirables.
No encuentro dónde surgieron los primeros no dedicados a las estrellas; mientras, contemplaré con atención mis alrededores. Quizás llegue a crear un juicioso observatorio sobre la pedantería, autofinanciado.
Después, pienso fundar un «actuatorio», para sobrepasar la mera consideración de los problemas.
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