Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
sábado, 15 de mayo de 2010
Invasión de los seres profundos (r.)
Como surgiendo de profundidades ignotas, cual montañas de hielo o aves fénix ocultas durante largas épocas, una plétora de entes apellidados «emergentes» ocupa a diario espacios de los medios. Son muy variados. El epíteto lo pueden compartir países, artistas, economías, acciones bursátiles, movimientos, artes o deudas, entre otros. Un verdadero catálogo de seres novedosos.
Cuando salgo de la piscina nadie me llama emergente, y ya me gustaría, o a mi reloj, del que sólo digo que es sumergible, ¡qué destino más humillante tiene!
Me avisen, por favor, con «carácter de urgencia» cuando lleguemos a la emergencia global: quiero estar preparado.
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