Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
martes, 10 de febrero de 2009
Preconcebido sufre
Lo preconcebido quiso dirigirse a lo inconcebible, para narrarle cuánto sufría. Su porvenir era como su presente: previsible, inamovible, invariable y limitado, de mente estrecha, firme y sin perspectivas. Tenía envidia porque lo inconcebible, a pesar de ser inviable, abría grandes posibilidades a la imaginación, a la literatura, al arte, a lo infinito, a lo microscópico o, incluso, al futuro. Ya había ocurrido antes, cuando algún ente utópico llegó a ser concebido en un útero mental y genial que le dio una inesperada existencia liberadora.
Tanto padecía, que decidió —¿era posible?— negarse a existir, disolviéndose en un ataque de espontaneidad.
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Karima El Mahroug,
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A veces veo tus fotos y siento que estoy ante un ser superior, leo tus escritos y lo corroboro, no entiendo nada pero me gusta, hay algo mágico entre diarrea mental y paranoia fina que te hace ser bueno.
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Anónimo, de verdad, pero:
ResponderEliminar1) las fotos no son mías, aunque me guste mucho la fotografía. Suelo sacarlas de Flickr.
2) lo de la diarrea mental sí es mía, así como la paranoia, ME QUEDO CON LA DEFINICIÓN, y sigo adelante, hasta volverme cuerdo :)