
Estrasburgo cedía la solemnidad de su pleno a unos peculiares ciudadanos que solicitaron expresarse un rato en ese escenario tan insólito. Los ujieres contenían su recelo, ante tan colorida aglomeración de gorras beisboleras, pañuelos anudados, sudaderas anchísimas con capucha, deportivas enormes sin atar, pulgares y meñiques estirados y amenazadores. Comenzó la batalla de gallos.
Los emsis se emplearon a tope,
... calentando / a sus seguidores...
... con los versos / más provocadores..
Ese día hubo mucho contenido —quizás sólo continente— en cada turno, réplica y contrarréplica. El diario visual de la sesión colgaba de yutiuf poco antes de comer.
NO SOPORTO A LOS RAPEROS DE MIERDAAAAAA X) X) X)
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