
Me fallaba el método: anotaciones en una agenda, iniciar una hoja de cálculo con fechas y logros, apuntes en la pedeá, fichas, comentarios a mis afines. Algo debía hacer, pues el año pasado estuve a punto de conseguirlo innumerables veces y pensé, ingenuo, que éste sería el definitivo. El dilema es que ignoraba cómo medir el éxito, y eso me consumía. Ningún manual de autoayuda —timos editoriales con aspiraciones pseudofilantrópicas— me daba una pista certera. Y pasó lo inevitable. Otra ocupación más urgente y atractiva me volvió a distraer del ambicioso propósito anual: aumentar algunas décimas mi fuerza de voluntad.
Este artículo es alguna indirecta para alguien???
ResponderEliminarLo tomaré en cuenta para este año que entra