Estas crónicas no tendrán precio, sólo longitud: con cien palabras iré al meollo, destripando lo que merezca
serlo y loando lo que deba ser elogiado, en mi modesto entender, salvo que se piense que opinar
es un acto inmodesto por la distancia o la altura que ha de ocuparse para afrontarlo...
miércoles, 7 de enero de 2009
Yes, I can (pero no siempre)
Me fallaba el método: anotaciones en una agenda, iniciar una hoja de cálculo con fechas y logros, apuntes en la pedeá, fichas, comentarios a mis afines. Algo debía hacer, pues el año pasado estuve a punto de conseguirlo innumerables veces y pensé, ingenuo, que éste sería el definitivo. El dilema es que ignoraba cómo medir el éxito, y eso me consumía. Ningún manual de autoayuda —timos editoriales con aspiraciones pseudofilantrópicas— me daba una pista certera. Y pasó lo inevitable. Otra ocupación más urgente y atractiva me volvió a distraer del ambicioso propósito anual: aumentar algunas décimas mi fuerza de voluntad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este artículo es alguna indirecta para alguien???
ResponderEliminarLo tomaré en cuenta para este año que entra